Se Rompió La Noche


Se rompió la noche;
en su oscuro intenso impactó indolente
con la furia tensa de acción fulminante,
una lanza hiriente de pasión moldeada
que brotó de un arma de sexo colmada
formada por cuerpos que en clímax extasiados,
se confabularon para asesinar las sombras.

Y la noche inerme,
al amparo débil de su negro escudo
pensó escaparse, lo intentó y no pudo,
porque los amantes, de lascivia untados,
de concupiscencia y de pasión armados
anhelaban juntos capturar su manto
y sumergirse en él para seguir pecando.

Sucumbió la noche,
su brillante oscuro se fue transformando
en sábanas cómplices de tálamo ardiente,
que envolvió en sus llamas de pasiones fuertes
a los dos amantes que se confundieron
y, al tocar la cumbre del edén eterno,
explotaron ellos y también la noche.

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Penas y alegrías del amor