Te fuiste, te espero

Te fuiste un día sin rumbo, a la deriva,
Cual ave solitaria que vuela hacia el olvido,
Dejando indolente la pena intempestiva
En alguien que sin ti por siempre está perdido.

No importa que te alejes más allá del infinito
En cielos de confines sin tiempo ni distancia,
Mi amor acompasado en un silente grito
Está impregnado en tu alma y en toda tu fragancia.

En un espacio pleno de luces celestiales
Escrito está por siempre mi amor interminable,
Con rayos invisibles y letras de cristales
En un lenguaje pleno de amor indescifrable.

No importa que no encuentres la senda del regreso,
Mi amor saldrá a tu encuentro cual luz en tu destino
Llevando en la esperanza el corazón impreso
Intentaré mostrarte otra vez nuestro camino.

Pasiones desbordantes

Pasión incandescente de amores encontrados
envuelven nuestros cuerpos de pieles erizadas,
al ritmo de emociones que no han sido inventadas
en valle de palmeras de son acompasado.

Me sientes y te siento en un latido intenso
de dos pasiones juntas en nubes borrascosas,
que danzan en lujuria de flores melodiosas
y explotan en colores de pétalos convexos.

Caricias que desbordan confines naturales
se mezclan y entrelazan cual rayos infinitos
de tonos imposibles plasmados, definidos,
en lienzo hecho de pieles de seres insaciables.

De aguas prodigiosas con luces deslumbrantes
sigamos navegando en mares insondables,
bebamos el amor de eternos manantiales,
vivamos para siempre pasiones desbordantes.

¿Que te deje de querer?

¿Acaso has pretendido que el sol en infinito
Opaque abruptamente sus hilos fulgurantes
Llevándose indolente la vida por delante,
¿Qué deje de brillar?

Quizás has deseado que cesen sus cantares
y no surquen los aires las aves celestiales
En vuelos infinitos de ignotos manantiales,
¿Que dejen de volar?

Tal vez has intentado que, en noches de romances,
A dos seres que cantan en coro sus amores
La luna no les brinde sus rayos de colores,
¿Que deje de alumbrar?

De pronto has deseado que en más de medio mundo
Con todas sus tormentas, sus borrascas y sus calmas
Su oleaje acariciante no moje nuestras almas,
¿Qué ya no exista el mar?

Ha pasado por tu mente que en cielo azul eterno
Se acaben las sonrisas de estrellas deslumbrantes
Con lindas pinceladas de luces refulgentes,
¿Qué no destellen más?

¡Entonces por qué pides, después de amarme tanto,
De atarme a tu existencia, de untarme de tu piel,
De haberme sumergido tan dentro de tu ser,
¿Qué te deje de querer?!

Penas y alegrías del amor