Tu olvido llegó primero



Ni siquiera un halo del amor que siempre
Presentí en tu alma me llegó a rozar,
Antes que tu amor me llegó tu olvido
Y los pasos que siempre sentí aproximarse
No eran de venida, sino de regreso,
Nunca a mí llegaste pues, por el contrario,
Te alejabas más.

Te estaba esperando muy confiadamente
Pues mi amor reside en la eternidad
Donde no hay distancias, ni transcurre el tiempo,
En donde las almas que en verdad se aman
No inventan pretextos para no llegar
A borrar la espera que se justifica
Porque el gran cariño que estaba latente
No tuvo principio ni tendrá final.

Hay olvidos tercos que llegan temprano
Mucho antes que amores que no saben luchar.
En el gran vacío de tu indiferencia
Seguiré esperando, en mi espera eterna,
Seguiré sintiendo tus pasos llegar.



Penas y alegrías del amor